Estudio realizado por el Laboratorio
de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional
de CUYO, por encargo de la Municipalidad de Jáchal.
EL DERRAME DE LA BARRICK ENVENENÓ EL AGUA DE JÁCHAL
03 OCT 2015, 22:21. Por: Jorge Fernández Rojas.
La municipalidad del departamento
sanjuanino solicitó, a pedido de los vecinos, un estudio técnico sobre el agua
de los ríos de la zona. Así se detectó contaminación con metales en dosis de
hasta 1400 % por encima de los valores tolerables.
Imagen representativa de una toma de muestra en un río para análisis.
Foto publicada por Mining Press Argentina.
Ahora se sabe que al otro día de aquel vertido furtivo de agua con cianuro de la mina de
Veladero en San Juan, se comprobó la contaminación en los ríos de deshielo
con metales pesados peligrosos para cualquier tipo de vida en la zona,
como arsénico, aluminio, manganeso, boro, cloruros y sulfatos.
Además, ahora también se conoce
por un estudio microbiológico que hay bacterias muy nocivas y difundidas, como
la escherichia coli, donde se originan los cauces de agua
montañosos.
Aquel WhatsApp que
espabiló a Jáchal
Fue en la noche del domingo 13 de
septiembre a través de una cadena de WhatsApp que denunciaba un
peligroso vertido de unos 15 mil litros de agua cianurada en los afluentes del
río Jáchal. Aquella noche fue impasible. El intendente de
Jáchal, Jorge Barifusa (FPV), convocó a Saúl Zeballos, un contador público
y vecino reconocido de la ciudad de San José de Jáchal, la ciudad cabecera del
departamento sanjuanino, para que integrara el comité de crisis.
Zeballos fue designado para hacer el contacto con los técnicos de la
UNCUYO para encarar el monitoreo.
Con el correr de los días se
vislumbró que aquel mensaje viralizado por la red social, que inquietó a los
jachalleros, se quedó corto. La misma Barrick Gold, la empresa de capitales
canadienses que explota la mina, admitió primero que fueron 224 mil litros los
que se “escaparon” por los cauces naturales. Finalmente se confirmó que fueron
un millón de litros los derramados.
Luego comenzó una andanada de informes de organismos oficiales que
afirmaron la ausencia de cianuro en el agua del río Jáchal, el principal cauce
que recolecta el agua de deshielo de la región donde se encuentra la mina
metalífera, “aguas arriba”.
La minera y el Gobierno promueven
–y cuando no, sponsorean– varias publicaciones, con mucha penetración en
la comunidad, donde se esgrimen estudios que desmienten cualquier tipo de
contaminación repitiendo que “no hay cianuro en el agua”.
La historia del informe de la
UNCUYO
Una crónica del sitio lavaca.org del viernes 2 de octubre, luego
replicada por el sitio local Explícito, aseguraba que los vecinos y asambleístas
del departamento de Jáchal contaban con un informe de la UNCUYO que confirma la
existencia de metales en el agua de los afluentes del río
Jáchal. Efectivamente, el estudio fue realizado por el Laboratorio
de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO y
la responsable del peritaje es la química María Esther Barbeito. El trabajo se
realizó por encargo de la Municipalidad de Jáchal y las
muestras fueron tomadas, de acuerdo con el relato, desde la localidad
sanjuanina al otro día de conocido el siniestro. Esa tarea fue fundamental para
los análisis.
Ya había un antecedente con el
laboratorio de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO en el año 2010, cuando se
hicieron los primeros controles pedidos por los vecinos jachalleros. Ahora,
ante la emergencia, Zeballos volvió a convocar a los expertos para un
nuevo peritaje.
“Acompañé a la delegación de la
Universidad para tomar las muestras y lo hicimos en los mismos puntos de hace
unos años, para comparar aquellos valores con estos actuales. Cuando llegamos a
la zona de la primera muestra, en el río La Palca, antes de que se una con el
río Blanco, nos dimos cuenta de que algo grave había pasado porque había gente
de la mina tomando muestras del agua. Finalmente, con el
análisis, comprobamos que estaba contaminada”, dijo Zeballos aUnidiversidad este sábado
3 de octubre.
También se tomaron muestras de
agua en el curso de los ríos Potrerillos, Las Taguas, Blanco y el mismo Jáchal,
a la altura del puente de Angualasto, y finalmente en los diques Cuesta del
Viento y Pachimoco. Zeballos apuntó que, en la medida en que siguieron el
curso del líquido, los resultados de los estudios denotaron que la aparición de
metales en agua fue bajando hasta llegar a las represas, donde casi no se
detectaron altos tenores de elementos o compuestos riesgosos.
Los metales verificados por el
informe fueron en especial manganeso y aluminio. Estos metales
se encontraron con valores muy elevados con repecto a lo permitido
por ley nacional para el uso de riego y consumo animal, dato no menor si
se tiene en cuenta que en la región hay importante desarrollo agrícola y se
crían animales de granja.
Los metales en el agua
Se nota que hay gran
desinformación o información parcial, que genera incertidumbre en la
población. En este tironeo, se evidencia que el Gobierno de San Juan no
suministra información oficial a los afectados y puntualiza que “no hay cianuro
en el agua”. Con esa definición dice una verdad a medias. Veamos: decir “no hay
cianuro” es lo mismo que decir: “no hay cianuro libre en el agua”. Eso
significa que esa sustancia no se verifica en dilución con el agua, pero lo que
no se dice es que ese cianuro se utiliza precisamente para reaccionar con los
metales buscados por la Barrick –en este caso– para luego separarlos por
procedimientos industriales complejos.
Es decir: con este estudio se ha logrado
probar que el cianuro contaminó el agua de los ríos de la montaña sanjuanina al
reaccionar con los metales pesados y peligrosos para la vida, y estos fueron
arrastrados “aguas abajo”. Esa es la verdadera contaminación que ocasionó el
derrame del domingo 13 de septiembre.
Los datos alarmantes del análisis
Se detectaron 1,48 miligramos
por litro (mg/l) de manganeso, cuando el promedio histórico en ese punto
del río La Palca es de 0,25 mg/l de agua. De acuerdo con los datos
puntualizados por el vocero sanjuanino, el valor máximo tolerado por la ley
nacional para riego y consumo animal es de 0,2 mg/l de manganeso.
En tanto, en el caso del aluminio, se
verificaron 70 mg/l y se habían medido a esa altura del río de
3 a 4 mg/l. El valor máximo tolerado según el informante por norma nacional de
residuos peligrosos destinada para riego y consumo animal es de 5 miligramos
por litro. Este último dato fue determinante para los asambleístas para continuar
con la resistencia vecinal cuando el miércoles 30 de septiembre recibieron el
informe de la UNCUYO. Además, siempre de acuerdo con el detalle que proporcionó
Zeballos, se detectaron otros trazos metalíferos como mercurio, cobre y zinc.
Un párrafo aparte merece la
evaluación que se hizo de las muestras que se tomaron de una fuente de
agua para consumo humano en el pueblo Mogna, ubicado a 50 kilómetros de San
José de Jáchal, en el camino hacia la ciudad de San Juan. Allí se encontraron
metales en el agua que hacen que ese líquido ya no sea
apto para el consumo de los habitantes del lugar.
Estas fueron las determinaciones
químicas. boro: 6 mg/l (límite máximo aceptado: 0,5 mg/l);cloruros:
740 mg/l (límite máximo aceptado: 400 mg/l); sulfatos:
540 mg/l (límite máximo aceptado: 350 mg/l) y arsénico: 0,069
mg/l (límite máximo aceptado: 0,010 mg/l).
Lo que pasa en Mogna puede transformase en un caso
testigo como una consecuencia histórica de la acumulación contaminante de
la actividad minera a gran escala, como la que se produce en Veladero.
Apunta Domingo Jofré, referente
vecinal y periodista de Radio Nacional en Jáchal, que en 2007 se dispuso de la
provisión de agua potable a través de un acueducto para no tomar agua del río
principal de la región. En ese momento se detectó, a dos años del inicio de la
explotación minera, contenido de arsénico tanto como ahora se verifica en el
agua de Mogna.
Otro dato preocupante es la
aparición de la bacteria Escherichia
coli, que se detecta en efluentes cloacales, lo que hace presumir que
también se está vertiendo este tipo de líquidos en la zona más alta de los
ríos.
La contaminación del clima social
La historia del informe de la
UNCUYO que contradice a todos los publicados continuará como prueba de los
vecinos ante la Justicia, donde se estudia el desastre ambiental que
parece querer disimularse desde los estamentos privados y públicos.
Mientras tanto, Jofré, desde
Jáchal, espera novedades y acciones desde fuera de la Provincia ante el clima
social, que también parece contaminado.
"Necesitamos ayuda de otras provincias, acá ya
no tenemos cómo sostener el reclamo. No tenemos información veraz y han
aparecido algunos personajes acá en Jáchal preguntando quiénes son los
cabecillas de la asamblea de vecinos. Tengo más confianza en lo que te estoy
diciendo a vos por teléfono que lo puedo conversar aquí con gente que no
conozco y aparecen haciendo preguntas raras”, detalló el periodista,
preocupado.
Fuente: http://www.unidiversidad.com.ar/el-derrame-de-la-barrick-mato-el-agua-de-jachal